viernes, 17 de abril de 2015

Ella, tú y yo


Ella, tú y yo
  
Ser tímida y callada probablemente sea lo más difícil en un mundo cómo el nuestro. Ella lo sabía pero no podía hacer nada para cambiar su forma de ser, cada día era victima de miradas hirientes de parte de sus compañeros de clase. Una de esas compañeras solía dar lecciones de convivencia armoniosa citando frases que encontraba en el Internet y por esas ironías de la vida era la que más abusaba mentalmente de otras personas. Y sobre todo, se declaraba protagonista de la historia de amor más tierna del mundo ; asegurando que era una suerte de pocos tener una relación tan romántica que duraría toda la vida, para esto vivía cuidando y vigilando minuciosamente a su novio.
La mencionada compañera gustaba de inventar todo tipo de conflictos, desde supuestas malas intenciones de otras personas hacia ella o de conspiraciones en su contra, hasta de maniobras en contra de su relación pareja.
Momento de aclarar un punto importante: la chica era celosa aunque lo negara con capa, espada y escudo; era controladora y buscaba ser una cabecilla dentro de su grupo de amistades, a las que había seleccionado teniendo la precaución de no sumar a ninguna chica más bonita que ella. Ser tímida, callada y muy linda era un conjunto de desventajas en esa clase. Es muy fácil suponer lo difícil que se hacía ser parte de un aula dónde existe una abeja reina.
Para festejar la primavera, el colegio, realizó una fiesta en un club y su primo al saberlo se ofreció acompañarla con intenciones de evitar que no acudiese al baile, él sabia lo penoso que era para ella convivir diariamente en ese colegio.

-Es momento de ver a ese dolor de muelas que tienes por compañera-le dijo a su prima con picardía.

Cuando llegaron ella presentó a su primo como un amigo invitado que concurría a otra escuela. El acompañante sabía bastante de mujeres y reconoció en la compañera de su prima a una chica ansiosa de halagos varoniles.
El novio de la pequeña abeja reina se sintió feliz que, este invitado, conversara con su chica y le permitiera a él socializar con otros participantes de la fiesta, especialmente con la más tímida de todos. Ambos enseguida se dieron cuenta que tenían varios gustos en común, y casi sin querer o tal vez no,  se apartaron de la fiesta y a mitad de la noche hicieron el amor en un pequeño cuarto que tenia el club para guardar artículos de deporte.
 La novia ocupada en llamar la atención del chico nuevo no notó la larga ausencia de su novio, sin embargo, cuando lo vio aparecer con una sonrisa de bobo en la cara, su instinto le hizo darse cuenta de que algo raro había pasado.
Fue directamente a buscar a su oponente, insultándola en todos los idiomas y en idiomas que ni existen.

-Espera por favor- le pidió consternada- mejor hablemos tranquilas afuera.

- ¡No podías soportar verme con mi novio y buscabas una oportunidad para acercarte!-replicó la damnificada.

-Era algo que iba a pasar en cualquier momento-contestó la tímida, que enseguida fue bautizada con un nuevo apodo.

-¡Lo tenías planeado zorra! –le gritó su compañera.

-Somos conocidos de hace tiempo, es qué... antes sólo hablamos por chat y no sabíamos nuestros nombres reales... hoy nos dimos cuenta quién era cada uno.

-¡Qué pretexto estúpido es ése! ¡Yo sé bien quién es cada uno de los amigos de mi novio! Y tú no estás ni estarás entre ellos.
-Una cosa te diré, aunque te enojes todavía más.-declaró mirándola fijamente- Esta noche, me di cuenta que siempre fuimos tres, ocurrió así por un capricho del destino.

- ¡Nunca serás parte de su vida!-vociferó la novia enajenada ante el descaro de su rival.

- ¡Si estoy en su vida, y mi hijo también lo está!

-¡¿Tienes un hijo?!- su compañera se rió con fuerzas agregando-Espera a que todos se enteren.
- No lo tengo. Lo tendré en unas horas- contestó ella con calma.

Abrió la boca y surgieron unos largos tentáculos que reemplazaron la lengua para meterse en la boca de la indignada novia que apenas pudo sobresaltarse ante semejante embestida.
Eran una especie de mangueras gelatinosas largas y grises, las cuales llegaron ahogándola, desde su garganta hasta sus ovarios.
Días después en la clase seguía faltando la líder del curso. Había desaparecido. Los rumores hablaban  de una breve nota que dejó en su casa diciendo:

“No puedo explicarlo pero debo irme, apenas pueda regresaré”.

No regresó nunca y nadie la extrañó.

Su pareja decidió darse una nueva oportunidad y se convirtió en el novio de la más callada de la clase. Llevaban dos meses de pareja cuando lo invitó a almorzar para que conociera a sus padres.

-¡Me llevas a conocer tu casa qué bueno, ya era hora!-exclamó sonriendo el joven.

-Espero no te molesten los niños porque mi casa funciona de guardería-le explicó- con mis padres ahora estamos cuidando unos trillizos.

-No hay problema. Me agradan los bebes y hasta te ayudaré a cuidarlos un rato.

 En el hogar fue bien recibido, pero una sensación insólita sintió cuando observó detenidamente a esos niños regordetes. Tenían la nariz igual a él, incluso la expresión de sus caritas se asemejaban tanto que parecían unas miniaturas de su persona, con un sólo detalle, los tres tenían los ojos del mismo color que los de su posesiva ex novia.
Sonriendo, su nueva novia, se acercó a su oído.

-Te confieso algo- le dijo ella en voz baja-estos niños son mis hijos o mejor dicho son nuestros hijos.

Un líder, en algunos planetas, es aquel que se sacrifica para continuar la especie. Si te crees el mejor de tu raza, entonces debes demostrarlo siendo un recipiente, dónde se gesta una futura generación.


FIN





Autor: MenteImperfecta © Adriana Cloudy 2014