sábado, 31 de octubre de 2015

Final del cuento celebrando HALLOWEEN 2015

Amigos lectores, gracias por acompañar una de mis celebraciones favoritas, la que permite jugar con esos fantasmas, vampiros y monstruos que tanto me divertían de niña.
Para todos un FELIZ HALLOWEEN  sean bendecidos por la Luna.



Lo esperado
 el final del cuento.


               La mujer del retrato
Parte II

Con la suma recibida a Pablo Silmetti le alcanzó para comprarse un pequeño auto y se dedicó a dar vuelta alrededor de la residencia tratando de dar con la modelo. Un par de noches se asomo entre los arbustos que mantenían la privacidad de la propiedad y creyó ver a la chica que buscaba. Para la primera semana Pablo sentía que iba a volverse loco, había salido de aquella conversación con mucha rabia , podía haberse reído en la cara del paralítico pero, lo indignaba pensar que ese millonario, lo consideraba un idiota fácil de engañar con un ridículo drama paranormal.
Torturado por esa intriga le contó lo sucedido a su hermano menor Teo, cuyo apodo abreviaba los tres nombres que tenia Tadeo Elmer Orlando, y que además de ser su mejor amigo, se portaba como un devoto hermano que no dudaba en compartir dichas y problemas con su hermano mayor. Teo era un jugador empedernido, siempre rodeado de deudas, y cuando se enteró que Pablo ya había recibido su paga fue a buscar un poco de dinero. Le cayó mal la broma macabra que le había jugado el viejo ricachón a  Pablo, de seguro gustaba asustar ingenuos, para luego contar entre sus pares que había descubierto otro estúpido de quién reírse.
Apostaron al que viejo mantenía escondida a su hija, y con ese cuento, esperaba a futuro vender todos sus cuadros como objetos embrujados en una subasta. 
Ellos dos iban a terminar con la leyenda urbana de Moravia.


Dos semanas después del encuentro con el millonario, Pablo y Teo decidieron ingresar a la medianoche, en la residencia. La idea era dar con la señorita Moravia y pedirle que los ayudara a cobrar el dinero prometido por su padre.

Al trepar la verja Pablo vio lo que estaba oculto bajo la ropa de Teo.

- ¡¿Por qué trajiste un revolver!?

- Es una simple precaución ¡Vamos!  y no te preocupes solamente es para asustar por si alguien nos sorprende.

Pasaron al lado del atelier que permanecía totalmente oscuro, no estaba su modelo esperándolo como  a él le hubiera gustado, para tomarla de la cintura y besarla. Salir de ahí acompañado de la hija de Moravia al estilo de una vieja película  romántica en blanco y negro.
Ingresaron con facilidad en la casa. El silencio era absoluto, sin alarmas, sin perros, sin vigilantes. Dieron vueltas por los cuartos golpeando despacio cada puerta para no asustar a la mujer que buscaban. Hasta que, en el dormitorio principal, confirmaron que la casa estaba vacía.
Los armarios abiertos y sin ropa. Una cama sin sábanas y ni un rastro de que esa noche fuese alguien a dormir en aquel cuarto. Sobre los muebles, la única señal de los Moravia, eran fotos que estaban prolijamente ubicadas junto una serie de cofres. Y obviamente, estos cofres, guardarían dentro joyas de gran valor. Basto con abrir el primero para confirmarlo. A Teo le brillaron los ojos con el mismo fulgor que la luz reflejada en los diamantes.
El hermano menor de Pablo conteniendo la respiración se llenó los bolsillos de broches, collares y pulseras sin escuchar los reclamos y maldiciones de Pablo.

-  ¡Idiota deja eso! ¡No vinimos a robar!

- ¡Nunca tendremos otra oportunidad!- respondió Teo con entusiasmo, pero sin levantar la voz.

Y salió del cuarto decidido a huir con las joyas. Pablo lo manoteó cuando intentaba descender por la escalera; Teo fastidiado lo empujó hacia atrás. Las joyas se iban, su hermano menor no quería renunciar a ellas. Pablo volvió a tironear del hombro del ladronzuelo.
 Los dos  allanadores se trenzaron en un forcejeo  que los hizo perder el equilibrio en el primer escalón. Teo rodó hasta el final de la escalera, produciendo un ruido seco su cuerpo se contorsionó y su cabeza terminó girada en 180 grados.
Pablo tuvo más suerte, se detuvo la mitad del trayecto hacia abajo, sin romperse ni un solo hueso. Mareado pero consiente descendió lo que faltaba arrastrándose hasta llegar a Teo. La conmoción no impidió que se diera cuenta que su hermano menor estaba muerto. Pablo gritó por ayuda. La casa siguió en silencio y a oscuras.

Gritó otra vez. Nada.

Una hora permanecieron en el suelo. El artista totalmente recuperado tuvo que aceptar que había matado a Teo. Lloró desesperado durante otra hora. Tiró con violencia de su pelo y de la misma forma se golpeó el pecho. Era su culpa. Finalmente tomó el arma que seguía en la chaqueta de su hermano.
Pablo cerró los ojos y puso el arma en su sien. No podía. Era un cobarde. No podía. Tenia que hacerlo. Apretó los parpados para tomar su última decisión. Pero un ahogo mortal  lo hizo abrir los ojos nuevamente. La sensación de que se moría.
 Sangre.
La sangre se deslizaba por su pecho como una cascada. Un disparo en la cabeza no podía permitirle sentir lo que sentía. Se tocó débilmente el cuello.
Sangre.
Y frente a él sonriendo su musa...La mujer del retrato.
En la mañana los cuerpos de Pablo y Teo Silmetti fueron descubiertos por los sirvientes y enseguida llamaron a la policía. No encontraron el arma de fuego, en cambio, en la mano de Pablo estaba la navaja responsable del corte en su garganta y en los bolsillos de su hermano seguían las joyas sustraídas del cuarto.
Los empleados explicaron a las autoridades que cuando el señor Moravia no estaba en la residencia ellos, sólo acudían cada mañana para mantener todo limpio, no tenían necesidad de un cuidador, porque los vecinos habían echado a correr el rumor que en la noche aparecía un fantasma en los jardines y esa superstición mantenía alejado a cualquier intruso. Los oficiales revisaron el primer piso, la única testigo de esa noche fatal era ese rostro femenino pintado en los veinte cuadros.

La noticia atrajo a los diarios y la leyenda del fantasma se difundió rápidamente. El señor Moravia manifestó, a los curiosos periodistas, que era una pena la pérdida de un gran artista como Pablo Silmetti y lo apenaba no poder contar con su talento para realizar otro retrato, el próximo año.
Para la justicia era acciones humanas las que provocaron el desenlace. Un intento de robo y un suicidio.

Nadie imaginaba que en realidad el fantasma que tanto anhelaba convocar el millonario existía.
Porque suele suceder, que un daño provoca un dolor tan feroz, que transforma a un ser en invisible dándole la libertad para vengarse una y otra vez.
Muy joven, para soportar en su alma el horror, se convirtió en un fantasma. 
A ella habían querido violar, a ella defendió su hermana mayor. Tenía trece años, cuando conoció aquel miserable; fue una tarde que  esperaba ser  presentada al señor Moravia, el esposo de su hermana.
El paso de los años hizo que jamás nadie preguntara por ella. Cada artista con su vida la ayudaba a recuperar lo que había perdido...cada año, ella, se parecía más a la mujer de los cuadros.






               FIN 


Autor Adriana Cloudy Menteimperfecta
Argentina 2015   Todos los derechos reservados 

viernes, 30 de octubre de 2015

La mujer del retrato

Quería darme un gusto de utilizar dos elementos que han aparecido en muchas historia de miedo: Los fantasmas y los cuadros.Para la celebración de Halloween 2015 comparto un cuento que desea ser un humilde homenaje a los relatos victorianos y al cine de Alfred Hitchcock.





La mujer del retrato


Pablo Silmetti miró satisfecho el reloj ubicado sobre la pared. Había cumplido con el contrato al pie de la letra. El cuadro estaba terminado en la fecha y hora prevista. Se sentía conforme con su trabajo había quedado realmente perfecto. No era para menos, siendo su modelo una mujer tan hermosa, una pena que el  retrato fuera encargado por su marido para conmemorar un aniversario. Le hubiese gustado relacionarse de otra forma con ella.
En la biblioteca, donde Pablo esperaba al señor Moravia, estaban ubicadas fotografías de la pareja en diferentes ciudades del planeta. A Pablo le llamaron la atención una fila de portarretratos,  imágenes en blanco y negro de cuando habían realizado un safari por África. En una la pareja acariciaba un cachorro de león, en otra la señora Moravia sonreía sosteniendo un pequeño mono.
Durante un mes, la sofisticada dama había cautivado al artista con su belleza,  apenas hablaba y aceptaba sus indicaciones sin quejarse fue la mejor modelo que, Pablo Silmetti, tuvo el placer de retratar. Cada vez, que ella posaba frente a él, sentía que gestaba su mejor obra, y ahí estaba el resultado: toda su belleza capturada en óleos.
Tuvo suerte cuando, un amigo de un amigo, lo recomendó con Moravia para realizar el retrato de su esposa. Pablo era un bohemio que había abandonado la escuela de arte y no tenía posibilidad alguna de ser contratado por un hombre adinerado. El principal requisito que le exigieron fue terminar el cuadro en cuarenta días y esa parte estaba cumplida;  ahora solo bastaba esperar que fuera del gusto del dueño de casa y obviamente cobrar el dinero acordado.

Interrumpió sus pensamientos el chillido de un motor eléctrico. Un anciano de rostro amable ingresó a la sala ayudado por una silla de ruedas. Era la primera vez que podía hablar personalmente con el señor Moravia. Pablo reconoció al instante el rostro del hombre que estaba junto a la mujer del retrato, ese hombre que otrora posaba feliz, saludable y vigoroso, en esas fotografías que lo rodeaban, en el presente era un ser frágil e indefenso abatido por los años.
Enseguida Moravia llenó de elogios la obra de Pablo.

- ¡Es sublime, un cuadro digno de admiración!  

Pablo recordó la sonrisa y frescura de la modelo, reconoció que internamente se alegraba, cuando en las noches ella aparecía tímidamente, en el atelier que la habían preparado. Un lugar ubicado en los jardines de la residencia. Otra de las condiciones exigidas fue pintar sólo dentro de la propiedad del señor Moravia.
      
- ¡Este es el mejor retrato!- exclamaba el anciano-Previamente otros diecinueve pintores también le dedicaron sus pinceles y sus talentos al rostro de mi esposa. Cada año pedí que retrataran su belleza; con su cuadro rindo homenaje...a los veinte años de su muerte.

El pintor comprendió que había estado posando para él, la hija de los Moravia;  seguramente por sugerencia de su padre, una muestra de cariño para perpetuar el recuerdo de su madre. Moravia guió a Pablo hasta el salón ubicado frente a  las escaleras de la planta alta, al abrirse las puertas tuvo delante diecinueve cuadros colgados en las paredes, cada uno con el mismo rostro y el mismo vestido de color negro. Era realmente una intimidante forma de recordar la belleza de su esposa.  



   

- Le confieso señor Moravia, que su hija, es todavía más hermosa que su madre.

-¿Mi hija?

- La modelo de mi cuadro...disculpe, no pretendí ofenderlo con mi comentario.

- ¡Nosotros nunca tuvimos hijos!

Pablo miró al anciano buscando en las arrugas de su cara la pista de una broma o quizás esa afirmación se trataba de un arrebato causado por su senilidad. Sin embargo, el dueño de la casa, reconoció gravemente y sin titubear.

- Me temo que llegó el momento de contarle una historia personal, mi estimado amigo: Hace veinte años decidí contratar un artista de gran talento, ese hombre, realizó aquel cuadro que tiene a su izquierda.

Dijo señalando el primero que estaba colgado y lucia un poco más opaco que los demás.

- Hace veinte años quise darle una sorpresa a mi esposa encargando un retrato pintando.Era su sueño posar como aquellas musas que inspiraron a los grandes artistas. Pero el sujeto resultó ser un depravado, y cuando ya estaba listo el cuadro, llamó a este mismo salón a mi esposa e intentó tener sexo con ella. Mi mujer se negó, la pobre estaba sola para defenderse, ambos pelearon y juntos cayeron por las escaleras, de esa manera mi esposa murió. Su cuello se rompió por el peso de su agresor y la mató en el acto. El desgraciado no dijo nada, permaneció callado cuando lo interrogó la policía.  Lo metieron en a la cárcel y una semana después fue encontrado muerto en su celda. Se había suicidado. Y es ahí dónde empieza la maldición de estos cuadros...

El anciano movió la silla de ruedas acercándose a cada cuadro y siguió hablando de cuanto extrañaba su esposa. Luego, mientras firmaba el cheque con el que saldaba su cuenta con Pablo, volvió a mencionar que la maldición era real.

- Debo advertirle que en los próximos quince días usted morirá. No quiero que me malinterprete, no se trata de una amenaza. Pero cada año el fantasma de mi esposa aparece para ser retratado y luego cuando la obra esta terminada, en ese lapso de tiempo, el autor del cuadro muere. Cada artista que pintó su rostro está muerto...los diecinueve anteriores a usted se suicidaron.

Pablo no entendía que pretendía el viejo al contarle esa historia y en realidad él no creía semejante delirio ; miró la cifra de su cheque y se sintió preocupado por los fondos, si Moravia estaba loco quizás su cuenta bancaria estaba tan vacía como su cabeza.

- Si estoy equivocado puede regresar en tres semanas y le duplicaré la suma de ese cheque.

Le prometió sonriendo afablemente el señor Moravia.



Continuará...




Autor: Adriana Cloudy © Todos los derechos reservados 
Argentina 2015


jueves, 29 de octubre de 2015

En la semana de Halloween un cuento de Emilia Pardo Bazán


La resucitada



Ardían los cuatro blandones soltando gotazas de cera. Un murciélago, descolgándose de la bóveda, empezaba a describir torpes curvas en el aire. Una forma negruzca, breve, se deslizó al ras de las losas y trepó con sombría cautela por un pliegue del paño mortuorio. En el mismo instante abrió los ojos Dorotea de Guevara, yacente en el túmulo.
Bien sabía que no estaba muerta; pero un velo de plomo, un candado de bronce le impedían ver y hablar. Oía, eso sí, y percibía -como se percibe entre sueños- lo que con ella hicieron al lavarla y amortajarla. Escuchó los gemidos de su esposo, y sintió lágrimas de sus hijos en sus mejillas blancas y yertas. Y ahora, en la soledad de la iglesia cerrada, recobraba el sentido, y le sobrecogía mayor espanto. No era pesadilla, sino realidad. Allí el féretro, allí los cirios..., y ella misma envuelta en el blanco sudario, al pecho el escapulario de la Merced.
Incorporada ya, la alegría de existir se sobrepuso a todo. Vivía. ¡Qué bueno es vivir, revivir, no caer en el pozo oscuro! En vez de ser bajada al amanecer, en hombros de criados a la cripta, volvería a su dulce hogar, y oiría el clamoreo regocijado de los que la amaban y ahora la lloraban sin consuelo. La idea deliciosa de la dicha que iba a llevar a la casa hizo latir su corazón, todavía debilitado por el síncope. Sacó las piernas del ataúd, brincó al suelo, y con la rapidez suprema de los momentos críticos combinó su plan. Llamar, pedir auxilio a tales horas sería inútil. Y de esperar el amanecer en la iglesia solitaria, no era capaz; en la penumbra de la nave creía que asomaban caras fisgonas de espectros y sonaban dolientes quejumbres de ánimas en pena... Tenía otro recurso: salir por la capilla del Cristo.

Era suya: pertenecía a su familia en patronato. Dorotea alumbraba perpetuamente, con rica lámpara de plata, a la santa imagen de Nuestro Señor de la Penitencia. Bajo la capilla se cobijaba la cripta, enterramiento de los Guevara Benavides. La alta reja se columbraba a la izquierda, afiligranada, tocada a trechos de oro rojizo, rancio. Dorotea elevó desde su alma una deprecación fervorosa al Cristo. ¡Señor! ¡Que encontrase puestas las llaves! Y las palpó: allí colgaban las tres, el manojo; la de la propia verja, la de la cripta, a la cual se descendía por un caracol dentro del muro, y la tercera llave, que abría la portezuela oculta entre las tallas del retablo y daba a estrecha calleja, donde erguía su fachada infanzona el caserón de Guevara, flanqueado de torreones. Por la puerta excusada entraban los Guevara a oír misa en su capilla, sin cruzar la nave. Dorotea abrió, empujó... Estaba fuera de la iglesia, estaba libre.


Diez pasos hasta su morada... El palacio se alzaba silencioso, grave, como un enigma. Dorotea cogió el aldabón trémula, cual si fuese una mendiga que pide hospitalidad en una hora de desamparo. 
«¿Esta casa es mi casa, en efecto?», pensó, al secundar al aldabonazo firme... 
Al tercero, se oyó ruido dentro de la vivienda muda y solemne, envuelta en su recogimiento como en larga faldamenta de luto. 
Y resonó la voz de Pedralvar, el escudero, que refunfuñaba:

-¿Quién? ¿Quién llama a estas horas, que comido le vea yo de perros?

-Abre, Pedralvar, por tu vida... ¡Soy tu señora, soy doña Dorotea de Guevara!... ¡Abre presto!...

-Váyase enhoramala el borracho... ¡Si salgo, a fe que lo ensarto!...

-Soy doña Dorotea... Abre... ¿No me conoces en el habla?

Un reniego, enronquecido por el miedo, contestó nuevamente. En vez de abrir, Pedralvar subía la escalera otra vez. La resucitada pegó dos aldabonazos más. La austera casa pareció reanimarse; el terror del escudero corrió al través de ella como un escalofrío por un espinazo. Insistía el aldabón, y en el portal se escucharon taconazos, corridas y cuchicheos. Rechinó, al fin, el claveteado portón entreabriendo sus dos hojas, y un chillido agudo salió de la boca sonrosada de la doncella Lucigüela, que elevaba un candelabro de plata con vela encendida, y lo dejó caer de golpe; se había encarado con su señora, la difunta, arrastrando la mortaja y mirándola de hito en hito...
Pasado algún tiempo, recordaba Dorotea -ya vestida de acuchillado terciopelo genovés, trenzada la crencha con perlas y sentada en un sillón de almohadones, al pie del ventanal-, que también Enrique de Guevara, su esposo, chilló al reconocerla; chilló y retrocedió. No era de gozo el chillido, sino de espanto... De espanto, sí; la resucitada no lo podía dudar. Pues acaso sus hijos, doña Clara, de once años; don Félix de nueve, ¿no habían llorado de puro susto cuando vieron a su madre que retornaba de la sepultura? Y con llanto más afligido, más congojoso que el derramado al punto en que se la llevaban... ¡Ella que creía ser recibida entre exclamaciones de intensa felicidad! Cierto que días después se celebró una función solemnísima en acción de gracias; cierto que se dio un fastuoso convite a los parientes y allegados; cierto, en suma, que los Guevaras hicieron cuanto cabe hacer para demostrar satisfacción por el singular e impensado suceso que les devolvía a la esposa y a la madre...Pero doña Dorotea, apoyado el codo en la repisa del ventanal y la mejilla en la mano, pensaba en otras cosas.

Desde su vuelta al palacio, disimuladamente, todos le huían. Dijérase que el soplo frío de la huesa, el hálito glacial de la cripta, flotaba alrededor de su cuerpo. Mientras comía, notaba que la mirada de los servidores, la de sus hijos, se desviaba oblicuamente de sus manos pálidas, y que cuando acercaba a sus labios secos la copa del vino, los muchachos se estremecían. ¿Acaso no les parecía natural que comiese y bebiese la gente del otro mundo? Y doña Dorotea venía de ese país misterioso que los niños sospechan aunque no lo conozcan... Si las pálidas manos maternales intentaban jugar con los bucles rubios de don Félix, el chiquillo se desviaba, descolorido él a su vez, con el gesto del que evita un contacto que le cuaja la sangre. Y a la hora medrosa del anochecer, cuando parecen oscilar las largas figuras de las tapicerías, si Dorotea se cruzaba con doña Clara en el comedor del patio, la criatura, despavorida, huía al modo con que se huye de una maldita aparición...
Por su parte, el esposo -guardando a Dorotea tanto respeto y reverencia que ponía maravilla-, no había vuelto a rodearle el fuerte brazo a la cintura... En vano la resucitada tocaba de arrebol sus mejillas, mezclaba a sus trenzas cintas y aljófares y vertía sobre su corpiño pomitos de esencias de Oriente. Al trasluz del colorete se transparentaba la amarillez cérea; alrededor del rostro persistía la forma de la toca funeral, y entre los perfumes sobresalía el vaho húmedo de los panteones. Hubo un momento en que la resucitada hizo a su esposo lícita caricia; quería saber si sería rechazada. Don Enrique se dejó abrazar pasivamente; pero en sus ojos, negros y dilatados por el horror que a pesar suyo se asomaba a las ventanas del espíritu; en aquellos ojos un tiempo galanes atrevidos y lujuriosos, leyó Dorotea una frase que zumbaba dentro de su cerebro, ya invadido por rachas de demencia.

-De donde tú has vuelto no se vuelve...

Y tomó bien sus precauciones. El propósito debía realizarse por tal manera, que nunca se supiese nada; secreto eterno. Se procuró el manojo de llaves de la capilla y mandó fabricar otras iguales a un mozo herrero que partía con el tercio a Flandes al día siguiente. Ya en poder de Dorotea las llaves de su sepulcro, salió una tarde sin ser vista, cubierta con un manto; se entró en la iglesia por la portezuela, se escondió en la capilla de Cristo, y al retirarse el sacristán cerrando el templo, Dorotea bajó lentamente a la cripta, alumbrándose con un cirio prendido en la lámpara; abrió la mohosa puerta, cerró por dentro, y se tendió, apagando antes el cirio con el pie...


Fin



Autor: Emilia Pardo Bazán (1851-1921)





lunes, 26 de octubre de 2015

Cuento semana de Halloween

El escueto final de un desconsiderado



Cuando aparecieron los médicos forenses, el detective Rodríguez, avisó a sus compañeros que iría a entrevistar a los vecinos. La victima llevaba muerta casi una semana. Los agentes tuvieron que cubrirse la boca para examinar la casa. No había indicios de violencia en el baño,  lugar dónde yacía pudriéndose el muerto en una incómoda posición dentro de la bañera, ni rastros de disturbios en otros sectores de la vivienda.
Por suerte era invierno sino la peste y la cantidad de moscas hubiese sido mayor.
Rodríguez decidió comenzar por el vecino más cercano; un anciano que vivía enfrente, y que en ese momento, permanecía muy tranquilo sentado en la entrada de su casa. Para mala suerte del detective el que podría ser un  testigo importante, era ciego.
Primero Rodríguez le  informó de la tragedia y luego preguntó al anciano sobre su relación con la victima, y como se llevaba con el difunto. El viejo al enterarse del suceso no se sorprendió ni suavizó los defectos del muerto; parecía que por fin había encontrado con quién exponer, con toda franqueza, sus quejas sobre la convivencia vecinal.

- Era un sujeto escandaloso, apenas llegaba a su casa encendía el equipo de música al máximo de volumen. Volvía a salir y dejaba la música sonando. Mi vivienda se sacudía con el bochinche, pasaba lo mismo todos los días, hasta las cuatro de la mañana y se repetía durante la tarde. Los meses previos a la muerte de mi esposa, varias veces, le reclamé por la música y como una burla la apagaba por cinco minutos para encenderla nuevamente. El cretino se ponía peor cuando estaba con sus amigos, ya estando medio borracho no podías decirle nada y me gritaba que estaba en su casa.

- ¿No presentó sus quejas en la policía?

- ¡Y de qué creen que trabajaban sus amigos! Era amigo de varios policías de la zona, ¿no fueron ellos los que tiraron la puerta de la casa a golpes? Escuché temprano cuando lo encontraron, porque hicieron sonar la sirena de una patrulla hasta que llegaron los demás.

- Se habrá sentido tranquilo durante estos días con el silencio.

- Pude dormir sin jaquecas después de dos años.

Rodríguez se rascó la ceja. Los amigos del difunto habían estado muy ocupados para visitarlo, y por esto, recién lo encontraron muerto varios días después del deceso. Para colmo el sujeto había comenzado sus vacaciones; nadie del trabajo extrañó su ausencia. El detective pasó a las preguntas importantes:

- Todo indica que asaltaron la casa ¿No oyó gritos, discusiones o algo fuera de lo común la semana pasada?

-Fue un accidente-. Afirmó de repente el vecino y comenzó a enumerar con serenidad los hechos ocurridos en la última noche de la victima:

- Mi vecino se estaba afeitando; se cortó bajo la barbilla y giró para buscar un pedazo de papel higiénico. Como el piso estaba lleno de agua, porque solía ducharse sin correr la cortina del baño, resbaló cayendo dentro de la bañera, pero antes de caer, trató de sujetarse del lavatorio y con el movimiento se desprendió el espejo  y se rompió;  siendo mi vecino un sujeto muy alto sus piernas quedaron colgando fuera de la bañera y uno de los trozos de vidrio del espejo le cortó una arteria en la pierna derecha. Él no se dio cuenta, porque antes ya se había desmayado por un golpe en la cabeza al caer en la bañera.

Rodríguez se quedó atónito al escuchar el breve y morboso relato del ciego. Describía los detalles con absoluta tranquilidad y convencimiento, como si fuese el asesino. Y dada su condición resultaba absurdo. El ruido del radiocomunicador  sacó al detective de ese momento de estupor. Se puso el aparato en la oreja y escuchó que le decían:

- Nos vamos Rodríguez: Los forenses ya verificaron que se trata un accidente doméstico. El pobre infeliz se cayó tirando el espejo, y un vidrió le cortó la pierna... estaba inconsciente en la bañera por el golpe que se dio en la cabeza al caer. Se desangró sin darse cuenta...murió por no secar el piso del baño. Fue una de esas sorpresas ingratas de la vida o mejor dicho de la muerte.

El detective cortó la comunicación y agitó su mano frente a la cara del invidente.
No había truco. 
El viejo estaba tan ciego como un murciélago. Rodríguez guardó la libreta en el bolsillo de su sobretodo, sin anotar nada y formuló una última pregunta.

- ¿Por qué está tan seguro de que sucedió todo de esa manera?

- Porque todos los días, yo deseaba que le pasará eso. El tipo era un pésimo vecino.

Un caso de justicia divina. Imposible. Pero en quince años de servicio, por primera vez, un sudor helado empapó la frente de Rodríguez ; no eran inventos ni mentiras lo manifestado por el ciego: se trataba del crimen perfecto.
Jamás el detective habló con sus colegas sobre éste extraño testimonio, no por suponer que un disparate de esa clase provocaría risas en la comisaría, sino porque al recordarlo sentía miedo.





 FIN 




domingo, 25 de octubre de 2015

La recomendada del año What We Do in the Shadows



Bienvenidos
a la revelación de todos los secretos sobre la vida de los vampiros.







Yo debería estar hablando de un filme espeluznante para esta fecha, pero mi favorita para recomendar en Halloween, es bastante diferente.Viene desde Nueva Zelandia e intenta ser un documental. 
 Mi película favorita de este año es : LO QUE HACEMOS EN LA SOMBRAS






















Suele molestarme cuando se envuelve la imagen del vampiro en cursilerias  y se le inventa conductas o se agregan cualidades que no se ajustan a lo tradicional. Me gusta el vampiro victoriano a lo Stoker.
Y también soy una seguidora de la comedia negra, por eso esta película tiene todo para agradarme.
La vi en idioma original un importante detalle porque cada vampiro tiene un acento diferente, en el documental cada uno cuenta su vida actual y además brindan detalles de eventos de su pasado.
La película respeta las características del vampiro clásico ( sin adolescentes raros) nos presenta a cuatro vampiros pertenecientes a diferentes épocas, orgullosos de lo que son y que se adaptan perfectamente a los cambios sociales.

 SINOPSIS:

Viago, Deacon y Vladislav son tres vampiros que comparten piso en Nueva Zelanda. Hacen lo posible por adaptarse a la sociedad moderna: pagan el alquiler, se reparten las tareas domésticas e intentan que les inviten a entrar en los clubs. Una vida normal, salvo por una pequeña diferencia: son inmortales y tienen que alimentarse de sangre humana. Cuando su compañero del sótano, Petyr, convierte en vampiro a un invitado de nombre Nick, nuestros protagonistas deberán enseñarle como funciona todo en su recién estrenada vida eterna.








sábado, 24 de octubre de 2015

El Halloween 2015 dedicado a dos grandes




A siete días de un nuevo Halloween comenzaron en diferentes sitios las publicaciones relacionadas con la fecha favorita de los fans del terror-ficción,desde mi blog,quiero recordar y dedicarles la celebración a dos figuras que perdimos lamentablemente este año.Cada Halloween recordamos varias de sus obras y aplaudimos que le hayan dado un significado mórbido a la noche, todos sus admiradores, seguiremos disfrutando la adrenalina del miedo gracias a su legado. 

Christopher Lee
 Christopher Frank Carandini Lee (Londres, 27 de mayo de 1922 - 7 de junio de 2015)Fue la cara y los colmillos de un trascendental vampiro, protagonista de varias películas del Conde Drácula y encarnó personajes oscuros y macabros. Uno de los actores de la productora Hammer que tantas peliculas del género realizó. Hasta la actualidad tuvo papeles sobresalientes siempre destancandose en la pantalla. 


Lo amé desde niña porque gracias a él me enamoré de los filmes de terror.

Algunos titulos para recordar su extensa filmografía
rescato varios de sus primeros
 films de terror
La maldición de Frankenstein
Drácula
La momia
Doctor Terror
El collar de la muerte
La maldición de la calavera
La novia del Diablo
Noche Infernal
El hombre de  mimbre




Wes Craven
Wesley Earl Craven (Cleveland, Ohio, 2 de agosto de 1939-Los Ángeles, California, 30 de agosto de 2015) Wes Craven creador de uno de los personajes más aterradores. Director y guionista de varias películas de terror nos obsequió los mejores Halloween durante su vida. 



Sus creaciones de mayor éxito fueron A Nightmare on Elm Street, incluyendo el personaje de Freddy Krueger, y la saga Scream. Otros destacados trabajos suyos son The Last House on the Left, The Hills Have Eyes y Amiga mortal. Y formando junto a David Cronenberg y John Carpenter una tríada esencial para entender el cine de terror actual, además es reconocido por plasmar del cómic al cine a La cosa del pantano en dos películas.


Es para ellos este Halloween 2015 para dos seres de la noche que nunca dejaremos de amar. Y vos que lees mi blog...

 ¡ Grita , grita , no pares de gritar!








viernes, 23 de octubre de 2015

Las cinco películas más terroríficas de ciencia ficción

El Halloween está en el aire...
en todos los sitios en los que miro,
El Halloween está en el aire...
en cada suspiro y en cada sonido.

Y no es amor mi querido es terror.




La ciencia ficción juega con nuestro miedo a lo inesperado, a esa posibilidad oscura de que un evento imposible de creer atente contra nosotros. La mezcla de lo conocido y de lo imaginado los utiliza como sus elementos básicos para provocarnos ese miedo. Es en nuestra mente dónde este género juega su carta, las novelas y luego en sus correspondientes películas, nos exponen al miedo a lo desconocido muchas veces basado en las consecuencias del desafío a las leyes de la naturaleza.
Un terror que puede ser originado por el ser humano o venido desde otro mundo.

Estas son apenas  cinco films que personalmente me asustaron mucho.

La mosca ( The Fly)

Un transportador de materia ,¿qué puede pasar con un objeto con tan útil y práctico? Bien dicen por ahí que el infierno está lleno de personas que tuvieron buenas intenciones.
Esta película es un remake de la película de 1958 La mosca dirigida por Kurt Neumann, de la cual los Simpsons hicieron una parodia.
 A su vez, esta versión tuvo una segunda parte llamada La mosca 2 (The Fly II) en 1989. 
Espeluznante la de 1986 si quieren un poco de asquito esta es tu película.




Alien, el octavo pasajero

Durante los 80 con varias comedias y la famosa:  ET el extraterrestre nos hicimos la idea de que podían venir de otros planetas con paz y amor, sin embargo, regresaría el pánico con esta criatura.
El terrible ser creado por H.G Giger cobraría vida para seguir asustándonos hasta la actualidad.
La nave espacial de transporte comercial U.S.C.S.S. Nostromo regresa a la Tierra. Los siete miembros de su tripulación están en un estado de sueño criogénico. Al recibir una transmisión de origen desconocido, procedente al parecer de un planetoide cercano, el ordenador central de la nave, despierta a la tripulación para descubrir que la señal procede de un planeta desconocido...
Desde que vez los huevos que encuentran ya comenzas a sentir que de ahi no saldrá ningún pollito.





 Re- Animator

Científicos  locos muchos pero muy pocos como el doctor Herbert West, un flaco de mal carácter que se obsesiona con los muertos. Me da miedo toparme algún dia con un doctor como él  con su  jeringa y un liquido verde.
La trama de este film se basa vagamente en la obra de cuentos cortos llamada "Herbert West: Reanimador" del escritor estadounidense Howard Philips Lovecraft, caracterizado por sus descripciones desesperadas de los horrores del más allá, en esta ocasión, a consecuencia de la ciencia fuera de control.





The Stuff

Es nutritivo y no engorda, dale probalo.


La sustancia maldita ( The Stuff)
Una nueva golosina está revolucionando el mundo de la alimentación, se trata del "Popsicles". Es suave, delicioso, cremoso, nutritivo y, además, ¡está vivo! Varios personajes están intentando descubrir su misterioso origen, entre ellos dos agentes del FBI, un chico que los teme y un espía industrial. Pronto descubrirán que la viviente golosina es un parásito que influye al que la come en grandes cantidades, transformándolo en un zombie.


Contracted

Una pelicula que te recuerda como todos estamos expuestos a la aparición de nuevos virus. Excelente film de terror, una de mis pelis favoritas, el minuto a minuto de esta historia no te permiten ni respirar.




Impresionante, no se demora en el desarrollo de escenas de relleno todo sucede en forma vertiginosa. Confirma mi teoria que lo mejor del terror está dentro del cine independiente.Logró ser una de mis peliculas favoritas.


Imperdible para una noche de brujas TRAILER : 

jueves, 15 de octubre de 2015

MICRO otro libro sumado al desafío de lectura de este año

Imaginate poder ver a los ácaros de la misma forma que vez a tu gato o a tu perro. 
La última novela del autor de Jurassic Park es Micro: una historia de ciencia ficción que nos traslada a la selva de Hawaii para conocer el micromundo formado por los verdaderos dueños del planeta Tierra, los insectos.

La empresa Naningen decide contratar  a siete estudiantes especializados en diferentes ramas de la biología. Esta empresa ha logrado grandes avances en la nanotecnología pero mantiene secreto varios de sus descubrimientos uno de ellos: un aparato que es capaz de reducir a los seres humanos. Otro de sus secretos es la corrupción empresarial y un crimen. La victima ha sido un miembro importante de su directorio y que resulta ser hermano de uno de los estudiantes que han viajado a conocer las instalaciones de Naningen. Para encubrir el asunto, el grupo de estudiantes es reducido y abandonado en medio de la selva,  ahora deben intentar sobrevivir al micromundo y buscar la manera de volver a su tamaño normal antes que sus cuerpos desarrollen hemorragias internas por el cambio físico sufrido.


SINOPSIS: En Parque Jurásico Michael Crichton nos enseñó un nuevo mundo terrorífico. En Micro nos descubre un universo demasiado minúsculo para ver, pero demasiado peligroso para ignorar.
Siete biólogos se encontrarán inmersos en un mundo hostil tan peligroso como sorprendente. 
El único recurso que podrán utilizar será sus conocimientos especializados, que les ayudarán a encauzar las fuerzas de la propia naturaleza.
Una novela sensacional, otro clásico de Michael Crichton, que inconclusa frente a la muerte del autor fue terminada por el prestigioso escritor científico, Richard Preston.


La razón por la cual adquirí el libro fue enterarme que DreamWorks comunicó recientemente que adaptará la novela al cine. Spielberg, cuya carrera alcanzó una fama mundial con Jurassick Park, se propone mostrarnos de cerca a los insectos; y realmente confío que, gracias a los adelantos en FX, tendremos otra gran película.

...estamos muy satisfechos de tener la oportunidad de llevar a cabo Micro. Para Michael el tamaño era importante, ya fuese en los inmensos dinosaurios de Jurassic Park o en los microscópicos humanos de Micro.”

Steven Spielberg


La novela apunta a que tomemos conciencia sobre con quienes compartimos el planeta. Tiene un prefacio imperdible escrito por Crichton titulado: ¿ En que mundo vivimos? inacabado pero rescato su frase final: 

" La interacción con el mundo natural está desprovista 
de certezas y siempre lo estará"


Acerca del autor:
Michael Crichton  (Chicago, Illinois, 23 de octubre de 1942 -Los Ángeles, California, 4 de noviembre de 2008) fue un médico, escritor y cineasta estadounidense, considerado el iniciador del estilo narrativo llamado tecno-thriller.
Intencionadamente o no, su carrera ha sido paralela a la de Sir Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes, el cual precisamente, junto a Mark Twain o Alfred Hitchcock según decía, eran las mayores influencias en su carrera. 
Al igual que Doyle, Crichton era médico, pero desarrolló su carrera como escritor. Además, Crichton ha investigado lo paranormal y las tendencias de su tiempo desde un punto de vista científico. Tanto Crichton como Doyle escribieron sobre dinosaurios vivos en los tiempos modernos (Jurassic Park y El mundo perdido, este último en homenaje a la novela homónima de Conan Doyle El mundo perdido).
Es la única persona que ha tenido en el mismo instante el libro más vendido (Acoso), la película número uno en la taquilla (Parque Jurásico) y la serie de televisión con mayor audiencia (ER - Urgencias). Falleció en el 2008 victima del cáncer.
 Algunas de sus novelas: Esfera; Parque Jurásico ; Congo; Acoso.  



Encontré algunas críticas a la idea de esta novela, comparando y desmereciendo la trama, porque ya se había visto en varios films, especialmente con uno muy conocido: Querida encogí a los niños una producción de Disney que tuvo una secuela con la idea inversa. Y realmente considero muy absurdo quitarle valor a la trama del libro argumentando que ya se hizo previamente.
La comparación puede ser inevitable pero, la crítica hacia la idea del escritor es ridícula ,porque con ese parecer entonces, nadie más, debería escribir sobre viajes espaciales, sobre fantasmas, sobre catástrofes naturales; no se debería desarrollar un tema porque alguien ya lo hizo previamente. Con esa idea se terminaría la ficción.
La reducción de tamaño de los seres vivos fue uno de los pilares de la ciencia ficción, cuyo mensaje suele ser reducir el ego del ser humano y ponerlo cara a cara a otros seres que él considera inferiores.
Antes que el film de Disney hubo otras memorables producciones tales como: El increíble hombre menguante o una de mis favoritas ; Fantastic Voyage de 1966  que tuvo una remake (Innerspace en 1987)  Un viaje al interior del cuerpo humano, donde un submarino es miniaturizado llevando un grupo de médicos y se inyecta  en el organismo de un hombre para tratar de salvar su vida.


Mientras esperamos la versión cinematográfica de  Micro, aprovechen para conseguir al novela que se encuentra a muy buen precio en varios hipermercados. 
Y dejo este gran clásico del cine de ciencia ficción.

EL INCREIBLE HOMBRE MENGUANTE.






sábado, 10 de octubre de 2015

Mensajes para un gran amor CAPITULO 6 ( primera parte)




CAPITULO 6
Sin remordimientos
(primera parte) 



Cuando Adrián y su tío llegaron, hasta los campos propiedad de Ofelia Valente, encontraron en  el lugar varios hombres que iban y venían. Numerosos trabajadores de los viñedos. En esas tierras se cultivaba, se cosechaba y  envasaban los finos vinos que Ofelia exportaba a diferentes países.
Una tranquera cerrada les impedía el paso, para continuar por el ancho camino que dividía los campos. Hacia el final del camino se distinguía una gran casa de dos niveles. No era tan imponente como la mansión Molinari, pero demostraba un buen pasar económico. Tenía aspecto de una residencia más moderna acondicionada para disfrutar de la tranquilidad del paisaje.

-Preguntemos a cualquier trabajador si nos permiten seguir  hasta la casa- sugirió Adrián.

 Adrián fingió ser un reportero interesado en la producción vitivinícola local. Un peón gordito y risueño enseguida les abrió la tranquera, dejándolos pasar a la propiedad con su automóvil. Estacionaron frente a la puerta principal de la casa. Una mujer mayor de mediana estatura, que a pesar de su edad conservaba sus respectivas curvas femeninas, estaba en la galería de la planta baja. Vestía una larga túnica color natural, que llegaba a hasta los pies, bordada en el pronunciado escote con perlas y piedras.  Al verlos descender del vehiculo se acercó al auto con una sonrisa, mirando vivazmente al más joven de los dos visitantes y saludando a ambos con cierta curiosidad.

-¡Buenos días, caballeros! ¿A qué debo el honor de su visita?

Les dijo con una exagerada coquetería en su voz.

- Discúlpenos señora...Buenos días. No queríamos molestarla- fue la tímida respuesta de Florián.

- No es molestia, pero obviamente me hubiese gustado prepararme para la ocasión.

- Señora Ofelia, me disculpo por no haberla llamado previamente por teléfono.

 En la voz de su tío, Adrián notaba por primera vez, cierta vergüenza y recato. Extraña actitud para un hombre sumamente extrovertido. El joven recordaba, como en la casa de doña Ethel, se había presentado desenvuelto y sonriente, y sin el menor protocolo. Aquí Florián, se comportaba de manera acartonada, hasta con cierto resquemor. Daba la impresión de sentir que estaba haciendo algo indebido.

- No creo que se acuerde de mí. Yo trabajaba entregando harina en su casa, hace muchos años... cuando era apenas un muchacho.

Lo aclaró dudando que, una mujer como ella, tuviera memoria de un simple repartidor. A pesar de los problemas financieros que sufrió su familia, Ofelia Valente, siempre se comportó como una niña rica y mimada.  Dividía a las personas en dos clases: las que tenían dinero y las que no. Unas le servían para mantener su status social y las otras para ser sus empleados. Su forma de ser con los demás era amistosa aunque interiormente era una calculadora y se relacionaba solo con aquellos que le convenían. Pero la mayor cualidad de Ofelia fue siempre saber manejar a los hombres. Los hombres la perseguían, en sus años primaverales, seducidos por su belleza y su carácter despojado de pudores. Ella gustaba de ellos y ellos gustaban de ella.
Esa mañana, Ofelia se alegró de que la suerte le obsequiara, la llegada inesperada de los dos caballeros. Últimamente se sentía aburrida de la rutina diaria, y tampoco deseaba alejarse de sus viñedos. A pesar de sus años, recibir la visita un muchacho como Adrián, le resultaba excitante; Ofelia todavía se consideraba capaz de provocar la mirada masculina.
Los invitó enseguida a entrar a su vivienda. El living era de un estilo innovador, con modernos equipos de audio y una pantalla plasma gigante. Adrián se sorprendió al ver que estaba conectada a la última versión de playstation. ¿Quién más vivirá aquí? ¿Tal vez los nietos de Ofelia? Se preguntó viendo varios juguetes electrónicos desparramados por la casa.
 Ella vivía sola, en aquellos campos la vida social de Ofelia era a través de la computadora. Gustaba de la tecnología y su edad no era un impedimento para divertirse con el Internet.

Una vez ubicados en un confortable sillón, su tío, realizó las presentaciones formales e intentó explicar la razón de la visita.

-Soy Florián Di Marco, siempre viví en el pueblo dónde usted nació y...

- Claro, claro del pueblo que gusto verlo ¡Hace tantos años que ya  no voy por ahí!

Lo interrumpió sonriendo Ofelia,  jugando con su pelo como una colegiala. Enrulaba con un dedo las puntas de su cabello. Era verdad, que a pesar de la corta distancia, cuando se instaló en su propiedad, no quiso regresar jamás al pueblo. Ni siquiera a visitar a sus sobrinos.
Florián continúo hablando con un encogimiento que le impedía darle fluidez a sus palabras:

- Traje... a mi sobrino Adrián...hasta su casa... porque es un productor de cine y...

Nuevamente interrumpió Ofelia.

- ¡Tomemos algo fresco, mientras conversamos!

Con un gesto coqueto de sus hombros se levantó para dirigirse, a la barra de su bar particular, que exhibía una sofisticada colección de botellas .En esta escena estaban sucediendo dos situaciones: primero, Ofelia no recordaba a Florián, fingía que le importaba que fuera proveniente del pueblo, y solo le seguía la corriente porque, le interesaba saber quién era Adrián.  Y por otro lado, Adrián no se daba cuenta que ella lo miraba como una gavilán a un polluelo. Siempre le atrajeron los muchachos bien parecidos y Ofelia no dudaba en sus dotes, para atraer a cualquier hombre que le gustara. El cineasta decidió tomar la palabra, para poder ir directamente al asunto por el cual habían viajado.

- Señora Ofelia. Me encuentro filmando un documental en el pueblo. Es una producción muy importante y como director, estoy interesado en poder contar con su participación – le explicó Adrián.

-¡De verdad! - Exclamó Ofelia conteniendo la euforia- ¡Pero qué linda idea!

Ofelia se dedicaba con fervor a sus campos, era una mujer ocupada y rara vez hablaba con desconocidos. El comercio de sus vinos le demandaba mucho tiempo y le gustaba ocuparse personalmente de cada contrato. Cuando mostraba interés por alguien era porque le convenía económicamente o le atraía sexualmente. Tenía un círculo reducido de amigos, solía visitarlos viajando de vez en cuando a la capital. Entonces se divertía  con la vida nocturna de la gran ciudad.
 La zona, donde la peculiar mujer residía, la tenía como dueña de todas las tierras y su mansión estaba rodeada de varias casas construidas para sus trabajadores. Sus jornaleros, instalados en su propiedad con sus familias, nunca entablaban una amistad con ella.




  
-Mis viñedos están a su disposición. Luché varios años yo sola, pero mi empresa creció. Mis vinos son vendidos en los mejores restaurantes. ¡ Y por fin, mi trabajo será reconocido!

Adrián le aclaró rápidamente que no era un documental sobre viñedos, sino sobre la  desaparición de una muchacha, un hecho ocurrido hacía unos cuarenta años. Con el rostro confuso, Ofelia, miró a los dos hombres. Entrecerró un poco sus ojos. Sus ojos eran de color azul cielo intenso,  tan lindos que los años no le habían podido opacar su brillante resplandor. Luego de unos segundos, el brillo alegre de su mirada cambió y se esfumó su amabilidad; se puso de pie cruzándose de brazos y clavando una mirada furiosa en Florián, le dijo:

-¡Ya sé quién  es usted! ¡Ahora le recuerdo bien!

-Mi tío me está ayudando a descubrir el paradero de Dalila Molinari.- argumentó  el muchacho que no entendía que pasaba.

 ¿A qué se debía el cambio de actitud de doña Ofelia? ¿El tío habría tenido algún problema con la señora? El joven productor no podía creer su mala suerte ¡Otra entrevista frustrada!

- ¡Si! - confesó Florián sacando pecho-¡Yo era él qué siempre preguntaba por ella!

- ¡Qué suerte tuviste, de que Benito no te matara!- dijo con un tono cortante y altanero la dueña de casa.

Adrián  tomó nota mental de una cosa. Ofelia era la única que no decía Don Benito o Don Molinari. Esto se ponía interesante: Existía cierto grado de confianza de Ofelia con el padre de Dalila.
 Para evitar un enfrentamiento Adrián intervino enseguida.

- ¡Realmente necesito su ayuda señora Ofelia! Yo le pedí que me trajera, necesitaba conversar con usted a solas. Que su testimonio sea parte de mi documental y tengo poco tiempo para filmarlo. Por eso le pido que me reciba si es posible, mañana a última hora de la tarde.

Rogó el productor con un tono cortés y galante. La dueña de casa era toda una coqueta y eso le causaba mucha gracia al sobrino de Florián. Pero no a Florián,  que se arrepentía de haberla buscado. Era un ingenuo al creer que había cambiado. Se le estremecía el estómago al reencontrarse con la misma petulante mujer, después de tantos años.
Ofelia miró de arriba abajo al joven. Con un tono de niña caprichosa exclamó

-Está bien Adrián, mañana por la tarde lo espero. Yo trataré de ayudarlo.


Y señalando a Florián  sentenció.

- ¡Pero no quiero ningún chismoso del pueblo!

-¡¿Cómo...cómo dice?! Yo no soy un chismoso- farfulló ofuscado Florián.

-¡Ya dije!- espetó Ofelia

Ofelia  extendió suavemente su mano para que el joven la besara.

-Lo veo a usted mañana por la tarde, Adrián.

 Después hizo un alegre y casi ridículo medio giro, y subió por la escalera de su casa, hacia el piso superior, dejándolos solos. Los dos hombres se miraron estupefactos. La escena era de caricatura. Apareció inmediatamente un mayordomo; un corpulento y alto hombre moreno de origen africano. Solemnemente les indicó.

-Caballeros pueden retirarse. Madame Valente, ya los atendió por hoy.

Adrián estaba sorprendido. La mujer era todo un personaje. Salieron de la residencia y subieron al automóvil. Según lo convenido, el cineasta, regresaría sin compañía, al día siguiente.

-Simpática, doña Ofelia  ¿No tío?- dijo el joven mordiéndose los labios para no reírse.
Florián con el entrecejo fruncido se sentó sin abrir la boca. La visita le recordó lo detestable que podía ser esa mujer. Su sobrino lo miraba de reojo mientras conducía. Encendió la radio para romper el frío silencio. El tío Florián no dijo ni una palabra hasta que estuvieron nuevamente en el pueblo.


Continuará...






Mensajes para un gran amor Argentina 2010 ©
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