jueves, 21 de agosto de 2014

EL GATO CON BOTAS EN EL ARTE DE DENIS ZILBERT

Uno de los personajes más populares gracias a su participación en la saga infantil SHREK es el gato con botas, cuyo cuento ha sido retratado por el destacado ilustrador Denis Zilbert.
El gato con botas es un cuento popular europeo, recopilado en 1697 porCharles Perrault en su Cuentos de mamá ganso (Contes de ma mère l'Oye).

 Los invito a recordar al cuento tradicional, que muestra como un pequeño gato puede cambiar la vida de su amo.

EL GATO CON BOTAS

Había una vez un molinero que tenia tres hijos y en antes de morir decidió repartir la herencia entre ellos: su molino, un asno y un gato. 
El mayor heredó el molino, el segundo el asno y el tercero el gato, pues era lo único que quedaba.
Entonces se puso muy triste y se dijo a sí mismo:
«Yo soy el que ha salido peor parado. Mi hermano mayor puede moler y mi segundo hermano puede montar en su asno, pero ¿qué voy a hacer yo con el gato? Si me hago un par de guantes con su piel, ya no me quedará nada.»




El hijo del molinero se asombró de que el gato hablara de aquella manera, pero como justo en ese momento pasaba por allí el zapatero, lo llamó y le dijo que entrara y le tomara medidas al gato para confeccionarle un par de botas. Cuando estuvieron listas el gato se las calzó, tomó un saco y llenó el fondo de grano, pero en la boca le puso una cuerda para poder cerrarlo, y luego se lo echó a la espalda y salió por la puerta andando sobre dos patas como si fuera una persona.




  El gato, galantemente calzado, con la bolsa atada al cuello, se encaminó inmediatamente a una conejera cercana y cazó un conejo. Así puso su gran plan en marcha, yendo al palacio y presentando su caza al rey:



«He aquí, Majestad, un conejo de campo que el Señor Marqués de Carabás(que es el nombre que se le ocurrió dar a su amo) me ha encargado ofrecerle de su parte». Con el regalo de un par de perdices y otros obsequios, siempre de parte del Marqués de Carabás, el gato con botas estuvo pronto en disposición de saber cuándo el rey y su hermosa hija pasearían por la ribera del río:


«Si seguís mi consejo podréis hacer una gran fortuna
—le dijo el gato a su amo—; no tenéis más que meteros en el río en el lugar que yo os indique y después dejadme actuar».



El molinero no supo qué contestar, pero siguió al gato. Fue con él, se desnudó por completo y se tiró al agua. El gato, por su parte, tomó la ropa, se la llevó de allí y la escondió. Apenas terminó de hacerlo, llegó el rey y el gato empezó a lamentarse con gran pesar:

-¡Ay, clementísimo rey! ¡Mi señor se estaba bañando aquí en el lago y ha venido un ladrón que le ha robado la ropa que tenía en la orilla, y ahora el señor conde está en el agua y no puede salir, y como siga mucho tiempo ahí, se resfriará y morirá!



Al oír aquello, el rey dio la voz de alto y uno de sus siervos tuvo que regresar a toda prisa a buscar ropas del rey. El señor conde se puso las lujosísimas ropas del rey y, como ya de por sí el rey le tenía afecto por las perdices que creía haber recibido de él, tuvo que sentarse a su lado en la carroza. La princesa tampoco se enfadó por ello, pues el conde era joven y bello y le gustaba bastante.
El gato, por su parte, se había adelantado y llegó a un gran prado donde había más de cien personas recogiendo heno.

-Eh, ¿de quién es este prado? -preguntó el gato.

-De un malvado Ogro.

-Escuchen: el rey pasará pronto por aquí. Cuando pregunte de quién es este prado, contesten que del Marqués de Carabas. Si no lo hacen, morirán todos. 


 
Mientras tanto el gato llegó al palacio del ogro y pidió audiencia. Los guardias, desconcertados por la apariencia del gato parlante, abrieron la puerta inmediatamente y le llevaron ante su señor.
Cuando estuvieron sentados, el gato le dijo: «Me han asegurado que vos teníais el don de convertiros en cualquier clase de animal; que podíais, por ejemplo, transformaros en león, en elefante»

Halagado, el ogro le dijo que era cierto, y se transformó en el acto en un rugiente león para demostrar sus habilidades.

El gato le retó entonces a transformarse en un animal muy pequeño,
 «Asombroso- le dijo- pero puedes cambiar en algo pequeño como en un ratón,o en una rata». Ansioso por impresionar a su invitado, el ogro respondió convirtiéndose en ratón, pero tan pronto como lo hizo el gato lo tomó por la cola y se lo tragó entero.

Entonces reclamó el palacio del ogro como hogar para el recién nombrado Marqués y recibió al rey con su hija en el palacio.
Impresionado, el Rey con la riqueza del Marqués le otorgó la mano de su hija, la princesa. Se casaron y el gato se convirtió en gran señor, y ya no corrió tras los ratones sino para divertirse.


Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO HA TERMINADO.

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