viernes, 29 de octubre de 2021

Cuento para leer en Halloween (Iniciativa léeme un cuento)

 

EL MONSTRUO PELUDO

De Alejandra Erbiti



 

El monstruo peludo no tenía un pelo de zonzo. ¡Tenía mil millones de pelos de zonzo! Tan zonzo era el monstruo peludo que no entendía por qué las personas gritaban y salían corriendo despavoridas apenas lo veían. Y como no entendía qué pasaba, el monstruo peludo se aburría y se enojaba. Y cuanto más se aburría y se enojaba, más grande y más peludo se volvía. Es que los habitantes de Pelidelfia no estaban acostumbrados a ver monstruos. Y ahora, andaban aterrados, locos de miedo y no hablaban de otra cosa.

—¡Yo lo vi! ¡Yo lo vi! —dijo el señor Beto—. ¡Se me apareció así, de golpe y sin avisar! ¡Es tan, pero tan peludo que apenas le pude ver esos cinco ojos grandotes y saltones que tiene!

—¡Qué espanto! —gritó la señora Kiti—. ¿Cinco ojos?

—¡Nooooo! ¡Tiene más! ¡Tiene como veinte ojos así de saltones!

—dijo el barrendero y abrió los brazos como para atajar un penal.

—Bueno, no sé... A mí me pareció que eran cinco, pero si usted dice que tiene más ojos, ya no estoy tan seguro —dijo Beto—. ¡Es que es un monstruo muy, pero muy peludo!

—¡Sí, peludo, peludo, peludo! ¡A mí también se me apareció! —dijo la panadera—. Yo no le pude ver los ojos. Pero le vi las uñas. Son asquerosas, largas, en forma de gancho y terriblemente sucias.

—¿Uñas largas y sucias? —interrumpió el vendedor de diarios—.¡Usted porque no le vio los dientes!

—No, no le vi los dientes —dijo la panadera—. No es fácil verle los dientes entre tanta peludencia... ¡Entre tanto pelo, quiero decir!

—Yo sí, le vi todos los dientes. ¡Son la cosa más horripilante que vi en mi vida!

—¡Qué horror! —exclamaron los vecinos y siguieron conversando.

—A mí se me apareció la semana pasada, cuando tuvimos esos días tan húmedos, ¿recuerdan? —dijo la chica del kiosco.

—¡Sí! ¡Qué humedad tan molesta! —recordaron todas y todos los vecinos.

—Bueno, no se imaginan qué cosa más espantosa es ese monstruo peludo cuando hay tanta humedad. ¡Se le erizan todos los pelos y le salen chispas!

—¿Chispas? —le preguntaron asombrados.

—¡Sí, chispas y chispitas por todos lados! Pero solo se pueden ver si es de noche

—¿Qui... qui... quiere decir que... que... que a usted se le apareció el monstruo peludo de noche? —preguntó la señora Kiti, con la voz que le temblaba de miedo.

—Sí —dijo la chica del kiosco—, justo cuando me estaba por ir a dormir. Me asomé a la ventana y ahí lo vi. ¡Imagínense! No pude pegar un ojo en toda la noche. Me la pasé vigilando que no se acercara a mi casa.

—¡Así no se puede vivir! Tenemos que hacer algo con ese monstruo peludo. ¡Pensemos en algo! —dijo la panadera, y todos se pusieron a pensar.

 



Y mientras los habitantes de Pelidelfia pensaban qué hacer con el monstruo peludo, el monstruo peludo pensaba qué hacer con los habitantes de Pelidelfia:

—¡Qué antipáticos son! —gruñía en su escondite—. ¡Y qué maleducados!

Nadie me conversa, ni siquiera me saludan. ¡Ni hablar de invitarme a comer un asado, o a tomar unos mates! Lo único que saben hacer es gritar y salir corriendo. No sé qué les pasa. No entiendo nada de nada. Me tienen harto. Estoy aburrido y enojado —dijo y se preparó un té de tilo, porque se puso muy nervioso al pensar en todas estas cosas feas.

Por su lado, después de mucho discutir, a los vecinos de Pelidelfia se les ocurrió una idea brillante... Bueno, tal vez no muy brillante...

Digamos que se les ocurrió una idea, y punto. Enseguidita, la publicaron por todos los medios:

 


Al final del aviso, había un número de teléfono, para que los pescadores, los peluqueros y las peluqueras, la sociedad de manicuras y la de dentistas se comunicaran. Y así lo hicieron.

La brillante idea para deshacerse del monstruo peludo era así: primero, asustarlo con tijeras de peluquería. Si esto no era suficiente, los pescadores iban a atraparlo con sus redes y, una vez atrapado, los peluqueros y las peluqueras le cortarían todo ese pelo asqueroso hasta dejarlo completamente pelado; manicuras y podólogos se harían cargo de esas uñas largas, sucias y ganchudas y, por último, un batallón de dentistas se ocuparía de los dientes.

—Y, como en Pelidelfia siempre hace mucho frío, si lo pelamos y le quitamos todas esas otras cosas que nos dan miedo, seguro que ese monstruo horroroso se manda a mudar —dijo el señor Beto, y todos lo aplaudieron, saltaron y gritaron: “¡Viva Pelidelfia!”, “¡El que no salta no es pelidelfio!”, y cosas así.

Ya estaban todos preparados y pertrechados, como en las grandes batallas de la historia, listos para combatir al monstruo peludo. Esperaron, esperaron, hasta que... ¡Apareció!

Pero, como hacía mucho que el monstruo estaba tan aburrido y tan enojado, había crecido un motón. Había multiplicado su tamaño más de cien veces. Estaba tan enorme que tapaba la luz del sol y parecía de noche. Y, como era un día de muchísima humedad, tenía todos los pelos parados y, como estaba tan oscuro, se veían todas las chispas y las chispitas que le salían por todos lados. Los habitantes de Pelidelfia se quedaron petrificados del susto. El monstruo peludo los miró con sus dos ojos un poquito saltones y muy tristes, y les dijo una sola cosa:

—¿Qué les hice yo para que me traten tan mal?

Nadie supo qué responder. Es que ese supuesto monstruo peludo no les había hecho absolutamente nada. Por lo tanto, nadie pudo decir una sola palabra.

El monstruo peludo ya no aguantó más. Abrió su boca gigante y, de un solo bocado, se los comió a todos.

 

FIN

 

Este cuento pertenece al Plan Nacional de Lecturas 2021 (Argentina)

 

Acerca de la autora:

 Alejandra Erbiti nació en Buenos Aires. Escribe teatro, novela, cuento, poesía y otros géneros.Entre sus títulos más conocidos se destacan Rumores de amores con humores, Teatro por tres de la cabeza a los pies, Los tíos del Quinto Infierno, novela finalista del Premio Sigmar de Literatura Infantil y Juvenil 2010 y ¡Somos unos animales!



 Halloween 2021 INICIATIVA DE @tiffanybooksandlife compartir un relato para promover la lectura entre jóvenes y niños y niñas. 

2 comentarios:

Tiffany dijo...

Yo conozco a muchos monstruos peludos 😱😂 enseguida te lo comparto como cuento de la iniciativa.

DestinoLectura dijo...

Que cuento tan genial 😂