Sexto día de la semana del Halloween.
Mientras haya horror habrá poesía. Las canciones infantiles, aquellas muy antiguas, poseen versos macabros. Muchas rondas donde se giraba y saltaba tomados de la mano, se coreaban con letras que mencionaban a perritos muertos o desfiles fúnebres. Este poema pretende recordar las rimas funestas de esas melodías para jugar a la ronda, donde podía llevarte el lobo o algo peor...
Las fotos de la abuela
En la casa de la abuela
No comemos caramelos
Porque ella siempre tiene
Una fuente con buñuelos.
En la casa de la abuela
No miramos el celular
Porque ella siempre ofrece
Su caja con fotos para jugar.
Son fotos en blanco y negro
Donde mucha gente aparece.
Hay un hombre con sombrero
que lo atropelló un camionero.
Hay dos niños ahogados en el
mar
cuya boca no se pudo cerrar.
También hay unas bellas
durmientes
Que de seguro te harán
rechinar los dientes.
Todo esto te puede traumar
pero sabrás lo mejor al
terminar.
Algunas noches nuestra abuela
nos deja con ellos hablar.
Entonces, prendemos tres velas
y los empezamos a llamar.
Ellos no comen buñuelos
ni saben usar celular,
pero si los vieras entrar
te pondrías a gritar.
Son las fotos de la abuela
lo mejor para jugar.
Si leíste estos versos
Algún día te los podrás encontrar.
Autor: Adriana Cloudy ©
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