Siguiendo con la temática del año en el blog, estos dos últimos meses del 2014 sumaré más información sobre las hadas.Datos curiosos tanto del folklore como de la visión que la literatura nos ha brindado sobre ellas.
Todo ser que forma parte de la mitología suele tener castas sociales en el caso de las hadas son clasificadas en razas, y su comportamiento varia según su origen.
Las Hadas se dividen en una cifra incalculable de razas,
especies, clanes y familias, dependiendo de los rasgos de las tradiciones
locales de las que son parte.
De todas estas clasificaciones existe una que puede
aplicarse a todas las Hadas de las leyendas europeas. Su origen se encuentra en
Inglaterra, Escocia e Irlanda. Allí, desde tiempos remotos, existen dos
categorías principales de Hadas:
Seelie y Unseelie.
Ambas palabras proceden del Inglés Medio : Seely, y significa feliz, afortunado y también bendecido. Contrariamente,Unseelie significa infeliz, desafortunado y maldito.
Por otro lado, la investigadora Katharine Mary Briggs
(1898-1980), notable por sus estudios sobre el cuento de hadas, por ejemplo:
La
anatomía de Puck: diccionario de cuentos foklóricos británicos (The Anatomy of
Puck: Dictionary of British Folk-Tales); El equipo de la pálida Hécate (Pale
Hecate's Team) y Enciclopedia de Hadas (An Encyclopedia of Fairies), sostiene
que no hay necesidad de engorrosas clasificaciones, y que en definitiva las
Hadas se dividen en dos grandes grupos: las Hadas Domesticadas (Domesticated
Fairies), es decir, las Hadas que interactúan con la humanidad, y las que
rehuyen cualquier tipo de contacto, que cuando se produce azarosamente suele
traer consecuencias nefastas para el incauto.
Las Hadas Seelie son conocidas por su afecto por los humanos
en general. No temen al hombre, incluso llegan a ser ellas quienes se acercan a
él para aconsejarlo o advertirlo sobre alguna catástrofe inminente. Las
leyendas y cuentos folklóricos son muy claros al respecto, si se las trata con
sumo respeto, estas Hadas suelen ofrecer grandes recompensas y favores; pero si
se las ofende, son capaces de feroces venganzas que no declinan con el tiempo,
y que incluso pueden recaer sobre los descendientes de la víctima.
Esta raza de Hadas es aquella que normalmente aparece en los
cuentos tradicionales. No es extraño que se enamoren de un hombre mortal, y que
incluso lo lleven a vivir a su Reino Encantado, donde el tiempo no transcurre,
o bien se desplaza en una continuidad que no se corresponde con el nuestro. Unas
pocas horas en el Reino de las Hadas pueden significar varios años en nuestro
mundo.
Las Hadas nunca son del todo benévolas, y tampoco
completamente malévolas. Simplemente poseen un calibre ético distinto del
nuestro, ofendiéndose terriblemente por asuntos frívolos (para nosotros) o bien
retribuyendo dones extraordinarios como pago de favores más bien banales.
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