La casa de las bellas durmientes
“No era una muñeca viviente, pues no había muñecas vivientes; pero, para
que un viejo que ya no era hombre no se avergonzara había sido convertida en un
juguete viviente.”
Yasunari Kawabata
Sinopsis
El viejo Eguchi visita una casa secreta gobernada por una mujer
ordinaria y práctica que, al final, como él mismo, revelará su esencia
inhumana. Erotismo, lujuria masculina, vejez y violencia se entretejen en esta
fulgurante novela breve que amalgama motivos tradicionales de la estética
japonesa con temas modernísimos en ambientes casi irreales.
Un burdel donde los hombres
ancianos pueden dormir al lado de mujeres jóvenes. Olvidar por una noche las
penas del abatimiento espiritual y corporal de los años. En un ambiente
perturbador acompañamos a uno de esos clientes mientras visita el burdel, donde
en cada habitación hay diferentes chicas vírgenes inducidas en un sueño
químico. Las mujeres a diferencia de cualquier prostíbulo no pueden ser tocadas
con intenciones sexuales. Ellas solamente son observadas mientras duermen
desnudas por estos ancianos.
Es mi primer encuentro
con la pluma de este premio nobel, y me alegro que haya sido con esta obra. El
autor te traslada al Japón tradicional una sociedad donde las acompañantes, las
prostitutas y las geishas están bien diferenciadas. Kawabata posee vocabulario
sencillo y a la vez exquisito para narrar lo que sucede en una habitación, el
encuentro con cada una de las bellas durmientes, la noche que transcurre y los
recuerdos que compartimos junto al protagonista. Cualquier lector inexperto
ingresaría en la historia con ideas perversas sobre las escenas de esta novela,
pero si algo aprendí de la literatura japonesa es que hay poesía para describir
hasta los más oscuros pensamientos del ser humano. El protagonista rememora con
nostalgia en cada visita a las mujeres que fueron parte de su vida. Y si bien,
es desagradable la idea de sometimiento y esclavitud de esas chicas, la
historia busca reflexionar sobre el peso
y amargura que causa en un hombre “la
fealdad de la vejez.”
Es un autor que ganó el
premio Nobel más que recomendado y en especial, si acostumbran leer mangas o
ver anime, porque de seguro ha sido una gran inspiración para muchos autores
orientales.
Considerado uno de los autores más importantes de su país en el siglo XX .Nació en Osaka, el 14 de junio de 1899, en el seno de una familia acomodada (su padre era médico). A los cuatro años quedó huérfano, luego de lo cual se fue a vivir con sus abuelos paternos. Su hermana mayor fue adoptada por una tía, a ella la volvió a ver una vez, cuando la niña tenía diez años (su hermana murió a la edad de once). Su abuela murió en 1906 y su abuelo en 1914, cuando Yasunari contaba con la edad de quince años aproximadamente.Además de escritor, trabajó como reportero, sobre todo para el Manichi Shimbun. A pesar de que se apartó del fervor que acompañó a la Segunda Guerra Mundial, tampoco mostró mucho interés en las reformas políticas de la posguerra. Y junto con la muerte de sus familiares durante su juventud, Kawabata señalaba que la guerra fue una de sus mayores influencias, expresando que solo podía escribir elegías en el Japón de la posguerra; aun así, muchos críticos no detectaron un gran cambio en los escritos de Kawabata antes y después de la guerra. Recibió la medalla Goethe en Frankfurt en 1959. Ganó el Nobel de literatura en 1968, y dio el discurso llamado "Del hermoso Japón, su yo" (美しい日本の私 Utsukushii Nihon no watashi). El 16 de abril de 1972, enfermo y deprimido, dolido sin duda por la muerte de su amigo Yukio Mishima, que lo había definido como un "viajero perpetuo", se suicidó en un pequeño apartamento a orillas del mar, se cree que inhalando gas. Ese mismo año se publicó póstumamente la biografía ficticia El maestro de Go.
Si te gustan las historias
extrañas relacionadas con hombres solitarios que buscan compañía femenina (nada raro) te
recomiendo una excelente película: AIR DOLL
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