El gigante egoísta
Sinopsis:
La película se centra en dos adolescentes, Arbor y Swifty, y en la relación de explotación que les une a Kitten, el propietario de una chatarrarería local. Cuando Arbor y Swifty son expulsados de la escuela no saben como tratar de compensar a sus familias y, en esos días de incertidumbre, ambos empiezan a recoger (y robar) cobre y chatarra que luego venden a Kitten. En paralelo, la película retrata una costumbre local: las sulkys, es decir, las carreras de pequeños carruajes tirados por caballos que son objeto de apuestas entre los habitantes. Swifty tiene un don para los caballos y Kitten empieza a utilizarlo en las carreras en las que apuesta. A Arbor, cada vez más problemático, le sienta mal esa relación de supuesta complicidad entre su amigo y el que él considera ser su modelo.
Con una atmósfera oscura y una trama social en la que parecen percibirse ecos de Ken Loach, Clio Barnard construye un guión fuertemente centrado en los personajes y en el que se cuestionan las fronteras entre la ayuda y el oportunismo. Kitten, el “gigante egoísta”, surge como un personaje distante, cuya supuesta “oportunidad” que ofrece a los dos chicos esconde en realidad su propio interés económico y su intención de hacerlos partícipes en actividades ilícitas.
Cada vez
que vuelvo a ver esta película se estremece mi estómago a pesar de que conozco
su final. La historia se desarrolla en una población británica y sigue a dos
niños interesados en conseguir algo de dinero mediante la recolección de
chatarra. Pero como ocurre cuando un niño debe convivir en medio de situaciones que lo
aleja de la infancia y lo empuja al egoísmo de los adultos, los niños comienzan a tratar de jugar el mismo juego que los mayores.
Descubren que el chatarrero está interesado en comprar el cobre que tienen los
cables eléctricos.
Y teniendo en el pueblo una central eléctrica en la zona, se obsesionan con esos cables de alta tensión que a sus ojos simbolizan una fortuna. Las dificultades económicas de la familia no dejan margen para evaluar el peligro de deambular por la zona, hasta que encuentran un caballo muerto. El equino electrocutado no les servirá de advertencia cuando uno de los niños deban encontrar el modo de saldar una deuda con el chatarrero.
El filme
retrata una historia que se repite en diversas ciudades, los chicos en la
calle, los chicos juntando basura, los chicos tratando de conseguir dinero para
vivir.
Ideal para quienes gustan de películas donde el drama denuncia situaciones sociales. Realmente la trama se ajusta al desafío de este año en cuanto a lecturas, un excelente filme para tomar conciencia sobre la explotación infantil.
Muy pronto más cine en el blog.
Ideal para quienes gustan de películas donde el drama denuncia situaciones sociales. Realmente la trama se ajusta al desafío de este año en cuanto a lecturas, un excelente filme para tomar conciencia sobre la explotación infantil.
Muy pronto más cine en el blog.
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