Dos
animales son asociados con las brujas: las lechuzas y los gatos. Ambos
animalitos suelen ser objeto de supersticiones y retratados, gracias a
numerosas obras de arte, como los compañeros más fieles de las hechiceras.
Tengo cuatro gatos, son parte de la familia y al descubrir esta leyenda en un
grupo me pareció lindo compartirla en el blog. Dónde hay un gato negro hay una
bruja o será que dónde hay una bruja siempre hay gatos? Esta leyenda nos cuenta
que nuestros amigos felinos no son aliados del demonio. Su presencia en el
hogar nos garantiza sueños tranquilos.
EL PACTO DEL GATO Y EL
DIABLO
Había
una vez que vivía sola con su bebé y su gato, en una casita ubicada en medio
del bosque. Un día, se vio obligada a salir. Estaba muy afligida porque no
quería dejar solo a su bebé, pero tampoco podía llevar a su bebé al sitio donde
iba. Así que miró a su mascota y le dijo:
—Gatito
mío, por favor, te imploro que cuides a mi pequeño. No tardaré en regresar y mi
hijo quedará a tu cuidado hasta que yo regrese.
Confiada
en la buena voluntad del felino salió de su casa.Al rato de irse, se apareció
en la puerta del hogar de la mujer, el diablo. Ni siquiera se molestó en
golpear, ingresó a la vivienda con una sonrisa en su cara que expresaba sus
malas intenciones. El diablo sabía bien que el niño se había quedado solo.
El
gato, al verlo,saltó frente a la cuna del bebé sin intimidarse (porque es bien
sabido que los gatos son los únicos animales que no le temen a este ser tan
maligno) levantando la cabeza y erizando todos los pelos de su lomo, le
preguntó.
—¿Qué
es lo que quieres?
—¡Vengo
a llevarme ese bebé—respondió desafiante.
—Pues
no puedes, porque lo estoy cuidando yo—dijo el gato antes de lamerse una
patita.
—Insolente
animal,tú no puedes hacer nada para evitarlo.
—Muy
bien—dijo el gato astutamente—. Te propongo algo: si adivinas cuál es el número
exacto de los pelos que tengo en todo mi cuerpo, podrás llevarte al bebé.Pero
si fallas, te irás y nunca más volverás a aparecer por aquí.Te daré tres
oportunidades para adivinar. ¿Hay trato?
El
diablo que nunca había podido resistirse a los desafíos, aceptó. Se inclinó un
poco hacia el animal, pensando que sería fácil. Y estiró uno de sus dedos que
terminaba en una horrible uña negra, con mucha paciencia comenzó a contarle los
pelos al gato.
—Uno...dos...tres...
Entonces
un pájaro cantó en la ventana, distrayéndole y haciendo que perdiera la cuenta.
—Llevas
una oportunidad—dijo el minino.
Enojado,
el diablo empezó a contar de nuevo.
—Cien...doscientos...trescientos...
En
ese momento, una ráfaga de viento entró por la ventana y agitó el pelaje del
gato haciendo que el maligno perdiese la cuenta una vez más.
—Ya
llevas dos oportunidades—le recordó el gato.
Nervioso,
el diablo se puso a contar de nuevo prometiéndose que ya nada lo iba a distraer.
—Un
millón...dos millones...tres millones...
De
pronto el gato movió suavemente la cola rozándole la nariz al diablo. Y el
diablo estornudó fuertemente haciendo que se le soltaran varios pelos al gato.
—Perdiste
tu última oportunidad. Ahora vete de esta casa y no vuelvas jamás.
El
diablo se sintió tan furioso por haber perdido, que allí mismo armó un
berrinche de proporciones épicas. Pero no pudo llevarse al bebé, porque un
trato con el diablo siempre se cumple por ambas partes. Eso sí, se marchó de
vuelta al infierno jurándole al gato que algún día adivinaría cuántos pelos
tenía y cuando eso ocurriese, su venganza sería terrible.
Cuando
la mujer regresó a su hogar, sin saber nada de lo sucedido, basó y abrazó a su
pequeño y le agradeció con unas caricias detrás de las orejas al minino, por
ser tan buen niñero.
Pero
el juramento del diablo sigue vigente. Es por eso que los gatos hasta hoy en
día, sueltan pelo todo el tiempo. Porque de esa manera, el diablo nunca podrá
cumplir su venganza al no saber cuántos pelos tienen en realidad.
FIN
Autor
desconocido (publicado en redes sociales)
1 comentario:
Guau estuvo interesante ahora se que el gato no es diablo gracias por todo ahora lo compartiré para que todos se enteren de esto
Publicar un comentario