Nadie se esperaba, al
comienzo de este año, que el mundo sufriera un cambio absoluto de sus
costumbres. Y esto se dio debido a la presencia y dispersión de un virus a
nivel planetario. No fue como una película de terror ni siquiera tuvo matices
de pesadilla pero para muchos el covid 19 se convirtió en una experiencia
tremenda y muy triste. Como sociedad hemos
tenido que madurar y acomodarnos a todo lo que la situación exige.
Así nos encuentra esta semana de Halloween 2020 tratando de que pronto podamos recuperar una porción pequeña de nuestra vida anterior. Sin embargo, lo peor sería dejar de hacer cosas nuevas y aunque personalmente la cuarentena la sentí como la acción donde a un ave dejaron sin alas y a nivel creativo casi me congeló el espíritu, me fui sobreponiendo lentamente.
Ha sido mi mejor aliado el cine y la literatura, hasta comencé a leer en formato electrónico. El blog sigue siendo mi espacio favorito para celebrar y por eso esta semana las publicaciones dedicadas a los fans del terror estarán presentes.
Es Octubre, el mes de las brujas
y me encanta. Agradezco al cielo poder seguir ofreciendo mi cariño hacia el
género de terror y fantástico. Vaya esta primera publicación dedicada a un
actor que adoré en mi infancia y que todavía sorprende y gana más admiradores con su trabajo.
Narciso Ibáñez Menta (Sama
de Langreo, Asturias, 25 de agosto de 1912-Madrid, 15 de mayo de 2004) fue un
destacado actor y director teatral, nació en España y se radicó en Argentina
siendo un niño. Sus padres eran actores por eso subió al escenario siendo
apenas un bebé. Aquel niño creció y creció su talento.
Gran admirador de Lon
Chaney, aprendió a maquillarse de la misma manera, creando caracterizaciones en
las que apenas era reconocible, como cuando interpretó a Elmer Van Hess, el
protagonista de la serie televisiva argentina: El hombre que volvió de la muerte, aunque había hecho cosas
similares para el cine.
Aunque se hizo popular por
sus interpretaciones en el género de terror, sobre todo a partir de la
colaboración con su hijo en algunas series de televisión, su trayectoria
profesional fue amplia y completa. En sus inicios siguió los pasos líricos de
sus padres, pero luego, tras afincarse en Buenos Aires, desarrolló una etapa
intensa como actor y director teatral poniendo en escena obras clásicas y
contemporáneas tales como Fausto de
Goethe, La muerte de un viajante de Arthur Miller y Las manos sucias de Jean Paul Sartre.
En 1933, en Buenos Aires, se
inició en el género de terror que le iba a dar la fama, con una adaptación
teatral de Doctor Jekyll y Mr. Hyde,
seguida de una puesta en escena de El
fantasma de la ópera.
En Argentina protagonizó
diecisiete películas, entre ellas El que recibe las bofetadas (1947), dirigida
por Boris H. Hardy, y protagonizada junto a su cuñado Juan Serrador. En nuestro
país, Narciso, se transformaría en una leyenda del género de terror, actuó en
películas como Una luz en la Ventana (1942), La bestia debe morir (1952), junto
a Nathán Pinzón, además de Obras maestras del terror, en 1960, etc. Dirigió
varias obras y trabajó también como guionista de radio y televisión. Uno de sus
mayores éxitos en TV fue El hombre que volvió de la muerte, en 1969, con libros
de Abel Santa Cruz. Otra serie de terror en los años 80 fue El pulpo negro
emitido por canal 9.
Tuvo una gran trayectoria en
televisión y había un momento en que el país entero se detenía para ver un capítulo
de sus series. Lamentablemente cuando buscamos material apenas encontramos
algunos trabajos. Mucho material fílmico fue mal cuidado y se perdió. Y siendo
un actor celoso de sus interpretaciones casi no se dejaba fotografiar cuando se
caracterizaba para un personaje.
Mis recuerdos infantiles (cinco
años de edad) es acomodarme en la cama para ver en un televisor de 14 pulgadas
su programa. Amaba su manera de hablar, y su forma de mirar. Esa manera de
generar un miedo creíble lo disfrutaba muchísimo.
Cuando regresa a España, a
comienzos de los sesenta, se dedicó casi con exclusividad a la televisión donde
alcanzó su máxima popularidad. No obstante, hizo teatro y cine. Comenzó su
labor en Estudio 3 de TVE interpretando distintas obras siendo algunas de las
más importantes El hombre y la bestia y El asfalto, aunque la popularidad le
vino de la serie Historias para no dormir dirigida por su hijo, fama que
confirmaría después con ¿Es usted el
asesino? dirigida por él. Realizó obras de teatro universal en el ciclo
Estudio 1 de la TVE.
Durante los años sesenta,
desarrolló su actividad teatral participando en Aprobado en inocencia (1963),
junto a su mujer y su hijo, La zorra y
las uvas —por la cual ganó el premio "Primer Acto" de 1964 por su
interpretación de Esopo— Los físicos (1965), El sol en el hormiguero (1966), El
proceso de Mary Dugan (1968) y Drácula.
Durante los años sesenta,
desarrolló su actividad teatral participando en Aprobado en inocencia (1963),
junto a su mujer y su hijo, La zorra y
las uvas —por la cual ganó el premio "Primer Acto" de 1964 por su
interpretación de Esopo— Los físicos (1965), El sol en el hormiguero (1966), El
proceso de Mary Dugan (1968) y Drácula.
Volvió a la televisión en 1972, cuando protagonizó El tobogán de Jacobo Langsner junto a China Zorrilla, Inda Ledesma y Pepe Soriano, en 1974 la serie El televisor dirigida por su hijo y a partir de ahí su actividad profesional fue disminuyendo. Dos años más tarde formó parte del montaje de la obra de teatro Y de Cachemira, chales, de Ana Diosdado. En 1984 intervino en la comedia de Fernando Trueba Sal gorda, en 1989 ejerció de narrador para la serie de animación española La corona mágica y en 1991 volvió a hacer una breve aparición en televisión en la serie «Narradores». En 1994 intervino en la serie de comedia española, Los ladrones van a la oficina, en un papel que duró cinco minutos. En Argentina, su última aparición en la televisión se produjo en la telenovela Los Herederos del Poder.
Pero sin duda cuando lo
nombramos, quienes pudimos ver sus interpretaciones, no podemos considerarlo otra
cosa que un Maestro del Terror. Sus actuaciones en la adaptación de varios cuentos de
Edgar Allan Poe, lo ponen al mismo nivel que Vincent Price o Peter Cushing. De
verdad creo que la Hammer se perdió una gran actor, por suerte, su hijo fue un director con una gran visión y aportó muchísimo al cine de terror, siempre puso a su padre en excelentes papeles.
Si buscan saber sobre este enigmático actor les cuento que se publicaron libros y se realizó un documental. Existen tres libros sobre el actor. El primero le fue escrito en vida:
De María Escudero Vera:
Narciso Ibáñez Menta. Actor (1995).
Los otros dos son biografías
escritas en Argentina:
El artesano del miedo.
Narciso Ibáñez Menta de Leandro D'Ambrosio y Gillespi en 2010 y
Narciso Ibáñez Menta:
esencialmente, un hombre de teatro, escrito por Graciela Beatriz Restelli y
enfocado a su labor teatral.
El documental sobre su
trayectoria: Nadie Inquietó Más - Narciso Ibáñez Menta
de Gustavo Leonel Mendoza.
Producciones de terror para
destacar: Obras maestras del terror; La pata del mono (1961) ;El muñeco maldito
(1962); Historias para no dormir (serie de unitarios) (1965–1982); Un pacto con los brujos (1969); La saga de los Drácula; Esta noche tiene una cita con el diablo.
Espero que sumen a sus maratones cinéfilas de terror los trabajos de Narciso Ibáñez Menta, no se van a arrepentir.
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